¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

  TE VISTES DE HUMILDAD, SEÑOR En pollino, pequeño y renqueante, irrumpes en la ciudad de la paz pasas por delante de los muros que verán impasibles cómo se mata al Profeta entre los profetas… TE REVISTES DE HUMILDAD, SEÑOR Preámbulo de victoria y, a la vez Señor, aparente derrota o contradicción: ¿Es así como arrolla el Hijo de Dios? ¿Es así como vence el amor? TE REVISTES DE HUMILDAD, SEÑOR Y, con laureles en las manos, los que somos menos humildes cantamos, pregonamos y proclamamos: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!…

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