Castidad (IX): NO ES LO MISMO

Tal como les prometí, les presento las etapas tres y cuatro del amor verdadero.

Amor maduro: Este es el amor inteligente. Quiere conocer al otro, saber lo más posible, y se pregunta: ¿por qué quiero a esta persona? ¿Temo quedarme solo? ¿Tengo vida, amigos, libertad e inquietudes propias que ofrecer? ¿Cómo sé que me quiere? ¿Me ayuda a vivir mejor mi vida y a asumir mis responsabilidades? ¿Me acerca a los que me quieren? ¿Confío en él o ella para afrontar juntos el mismo proyecto de familia? ¿Bendecirá Cristo nuestra unión?

Si somos novios, si nos estamos conociendo y amamos lo que vemos, sería raro no querer una relación sexual en esta etapa. Ahora bien, la inteligencia interpela preguntando: tener ahora relaciones sexuales, ¿nos dará la distancia justa para discernir objetivamente? La respuesta es no.

ENAMORAMIENTO (semilla) AMOR MADURO (un camino)
No concibo la vida sin ti Una sóla carne
Que no se acabe nunca Indisoluble
Eres único y especial para mí Fidelidad
Este amor nos da vida Fecundidad

Amor conyugal. La esencia del amor conyugal es el compromiso de entrega. Aquí la pregunta es: ¿tiene sentido entregar una palabra de amor que me comprometa de por vida? ¡Sí, tiene sentido! Aunque para ser capaz de tomar tal decisión con perspectivas de éxito – lo  mismo que para correr una maratón o aprobar selectividad -, se requiere entrenamiento de uno o varios años.

 La gente que rechaza “los papeles” para argumentar contra el matrimonio no está preparada para alcanzar esa cumbre en sus vidas. Temen el dolor, pero los papeles firmados no duelen. Lo que hiere y traumatiza es la ruptura del compromiso de amor; la triste certeza de que ya no existe voluntad firme de amar al otro por lo que es en lugar de por lo que me hace sentir; la ausencia de voluntad para amarle a pesar de los cambios, o para acoger y hacer fructificar el amor que tenemos ahora pese a las circunstancias que nos rodean y condicionan, o para amarle por las posibilidades que, un día, Dios me hizo ver en él/ella.

MartaCM

El ritmo del corazón y el del cuerpo son dispares: * El corazón necesita pasar por el “me gustas”, “te amo”, “te quiero” y “me decido por ti, para siempre, en fidelidad, asumiendo la posibilidad de crear vida”.

* El cuerpo, que también necesita su tiempo, puede acelerar mucho si no hay educación afectivo sexual profunda. Es necesario acompasar cuerpo y corazón para vivir la plenitud de la sexualidad y los afectos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.