Detrás del Hijo en el camino de la amargura

 

CUÁNTAS COSAS NOS REVELAS, OH CRUZ

 

La inocencia que, siendo bueno,

aparece como culpable,
el delincuente como honesto y,

el justo misericordioso,

odiosamente maltratado.

CUÁNTAS COSAS NOS REVELAS, OH CRUZ…

La humillación sin límite y,

la voz del que ya no dice nada,

en nombre de aquellos que son silenciados,

acallados y apartados en un mundo arrogante.

CUÁNTAS COSAS NOS REVELAS, OH CRUZ

Dios, una vez más, desciende y asciende.

Desciende ante los ojos de mundo,

envuelto en llanto y sangre.

Y asciende, en un madero,

como precio del rescate para todo hombre.

CUÁNTAS COSAS NOS REVELAS, OH CRUZ

Cesan los griteríos y los interesados en horas fáciles:

¿Dónde están sus amigos?

¿Tal vez sólo te siguieron por tus milagros?

¿Dónde las palmas, músicas y los júbilos?

¿Dónde las palmas y alfombras a tu paso?

¿Dónde la fe de los que fueron favorecidos?

CUÁNTAS COSAS NOS REVELAS, OH CRUZ

Soportas nuestros sufrimientos.

Aguantas nuestros dolores.

Cuelgan de ti nuestros pecados.

Depende de ti la mañana radiante de la Pascua.

Cargas, en tu agrietada madera,

nuestra existencia, a veces, cómoda y vacía

CUÁNTAS COSAS NOS REVELAS, OH CRUZ

Dios se hace solidario con nosotros.

Vive, lo que nosotros viviremos,

Pero por la muerte de Jesús en ti, cruz,

un día nos levantaremos en triunfo definitivo.

Agradecemos tu amor,

oh Dios. Bendecimos la Santa Cruz de Cristo pues,

bien sabemos que en ella nos vino el fruto de la Redención.

Amén.

 

D. Javier Leoz Ventura.

Párroco de San Lorenzo (Pamplona)
Delegado de Religiosidad Popular

Diócesis de Pamplona y Tudela.

 

 

 

Vía Crucis al Cristo del Humilladero

Si no hubiera esta situación anómala a día de hoy, por las calles de nuestra ciudad, veríamos discurrir una nueva edición de la Procesión del Víacrucis a la Ermita del Cristo del Humilladero, con el «paso» de Nuestra Madre la Virgen de los Dolores con la Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores, y anunciada con «algo así»;

 

Organizado por la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño y la Cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores.

Hora: 09;00

Recorrido: Salida desde la Plaza del Alférez Provisional, calle Antonio Sagastuy, General Urrutia, carretera del Cortijo, hasta la Ermita del Cristo del Humilladero.

 

 

Historia del Viacrucis al Cristo del Humilladero

Desde la Semana Santa del año 1980, la Junta de Gobierno de la entonces Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro, presidida por su Hermano Mayor Ricardo Ochoa Urízar, acordó realizar un nuevo Vía Crucis el día de Viernes Santo a primeras horas de la mañana.

Poco a poco, la idea fue cuajando y se perfiló todos y cada uno de los detalles de dicho proyecto. La idea de hacer el Vía Crucis hasta la Ermita del Cristo del Humilladero, ganaba peso tanto por la tradición en cuaresma como en semana santa, de acudir a la citada ermita por buena parte del pueblo de Logroño.

La Cofradía Entrada de Jesús en Jerusalén, había construido unas nuevas andas para el «paso» de la Oración en el Huerto de los Olivos y dejaban de utilizar las anteriores andas, propiedad de la Cofradía de Jesús Nazareno, en las que procesionaba anteriormente el llamado Nazareno Antiguo, devolviéndolas a sus anteriores propietarios. Como la imagen de dicho Nazareno Antiguo se había dejado de procesionar con la realización de la actual imagen del Nazareno y puesto que de nuevo sus andas habían quedado liberadas, se acordó con la Junta de Gobierno de la Cofradía de Jesús Nazareno que el pensado nuevo Vía Crucis, se realizara con dicha imagen montada otra vez sobre sus anteriores andas e incluso añosd después, se adquirieron unas nuevas andas para esta veterana imagen

 

El nuevo Vía Crucis, partiría desde la fuente de Marqués de Murrieta llegando hasta la ermita del Cristo del Humilladero, regresando de nuevo hasta la Parroquia de Santiago El Real. La intención de dicha procesión estaba enfocada para la gente joven de la ciudad y por ello se le denomino entonces como Vía Crucis de la Juventud. Se repararon lo mejor posible las andas, los faldones, utensilios, así como la imagen pues ya llevaba bastantes años sin salir a la calle.

Todo a punto y preparado, se inició el nuevo Vía Crucis al año siguiente 1981, y años más tarde, se añadiría al Nazareno, la imagen de Virgen de los Dolores.

Con el paso del tiempo, ha habido cambios y transformaciones tanto en los horarios, como en las formas y sentido de éste Vía Crucis hasta llegar al formato actual.

A día de hoy, la procesión se realiza solo con la imagen de la Nuestra Señora de los Dolores, finalizando en la ermita del Cristo del Humilladero.

 

viacrucis

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén.

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Creador, Padre y Redentor mío.
Por ser Tú quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido.

También me pesa que puedas castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

 

VÍA-CRUCIS.

Vía CrucisI Estación. JESÚS ES CONDENADO A MUERTE.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, condenado en vez de mí: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisII Estación. JESÚS ES CARGADO CON LA CRUZ.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Jesús mío, cargado con mis pecados para descargarme de ellos: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisIII Estación. PRIMERA CAÍDA DEL SEÑOR.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, sucumbiendo bajo el peso de mis pecados para expiarlos: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisIV Estación. JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE SANTÍSIMA.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, encontrándote con vuestra angustiada Madre: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisV Estación. EL CIRINEO AYUDA A JESÚS.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, invitándome a participar de vuestra Cruz: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisVI Estación. LA VERÓNICA ENJUAGA EL ROSTRO DEL SEÑOR.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, con el rostro manchado de inmundas salivas para expiar mi orgullo: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisVII Estación. JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, sucumbiendo otra vez para enseñarme a levantar después de las caídas: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisVIII Estación. JESÚS HABLA CON LAS MUJERES.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, consolando a las mujeres de Israel, que, llorando, os seguían: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisIX Estación. JESÚS CAE POR TERCERA VEZ.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, sucumbiendo de nuevo al pensar en mis ingratitudes: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisX Estación. DESNUDAN AL SEÑOR Y SE REPARTEN SU TÚNICA.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, despojado de vuestras vestiduras para expiar mis verguenzas: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisXI Estación. JESÚS ES CALVADO EN LA CRUZ.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, clavado en la Cruz para expiar mis malas acciones: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

Vía CrucisXII Estación. MUERE JESÚS, NUESTRO SEÑOR, EN LA CRUZ.

 

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, muerto en la Cruz para abrirme las puertas del Paraíso: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisXIII Estación. COLOCAN A JESÚS EN LOS BRAZOS DE SU MADRE.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, puesto en los brazos de vuestra afligida Madre: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisXIV Estación. EL SEÑOR ES SEPULTADO.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

¡Jesús mío, encerrado entonces en el sepulcro y ahora en el Tabernáculo: Misericordia Señor!

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisTODO HA TERMINADO.

Pero no: después de la muerte, la Resurrección.

Enséñame a ver lo que pasa, lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que no pasa. Y que esa luz ilumine todos mis actos. Así sea.

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí y de todos nosotros, pecadores.

 

Vía CrucisORACIÓN FINAL.

Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios.

Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.

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