Se cuenta que un viejo ermitaño se quejaba a menudo de que tenía demasiado que hacer.
La gente le preguntó cómo era posible que en la soledad del bosque tuviera tanto trabajo.
Les contestó: “Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar a una serpiente, cargar un asno y someter a un león”.
Volvieron a decirle: “No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos esos de los que hablas?”
Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron: “Porque estos animales los tienen todos los hombres, vosotros también”.
“Los dos halcones se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que solo se lancen sobre una presa buena. Esos halcones son mis ojos”.
“Las dos águilas hieren y destrozan con sus garras. Tengo que entrenarlas para que solo se pongan al servicio y ayuden sin herir: son mis dos manos”.
“Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos, aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta: son mis dos pies”.
“Lo más difícil es vigilar la serpiente, aunque se encuentra encerrada en una jaula de treinta y dos varillas. Siempre está lista para morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula: si no la vigilo de cerca, hace daño: es mi lengua”.
“El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día: es mi cuerpo”.
“Finalmente, necesito domar el león, que quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso: es mi corazón” .
Preciso relato que nos recuerda cómo debemos estar vigilantes para que esas pequeñas fieras que llevamos en nosotros no nos dominen y podamos ser dueños de nuestros instintos, podamos ser personas de bien.
- “El sabio tiene sus ojos en la frente, mas el necio en las tinieblas camina” . Es preciso cuidar bien la mirada.
- “Seis cosas aborrece el Señor […] ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente” . Las manos son para hacer el bien.
- “Tantea bien el sendero de tus pies y sean firmes todos tus caminos. No te tuerzas ni a derecha ni a izquierda, aparta tu pie de la maldad” . Pidamos que el Señor enderece nuestros pasos hacia el bien.
- “La lengua de los sabios destila la ciencia, la boca de los insensatos esparce necedad” . Que de nuestra boca salgan siempre palabras buenas.
- “Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida” . Que el Señor transforme nuestro corazón de piedra en un corazón de carne, lleno de ternura y bondad.