Falsa Navidad

adviento

Hemos comenzamos nuevo tiempo y nuevo Año Litúrgico.

 

El sentido del Adviento, es avivar en los creyentes la espera del nacimiento del niño Jesús, Nuestro Señor y prepararnos para la celebración de la Navidad. Pero ¿Qué navidad preparamos?

 

Los grandes problemas cotidianos de muchas personas, siguen presentes antes durante y después de la Navidad. Los que duermen en la calle lo siguen haciendo, los ladrones siguen robando, los maltratadores maltratando, muchas personas en el mundo sin poder comer, los telediarios siguen dando las mismas porquerías de noticias que todos los días, los programas de ocio-basura siguen sin fallar día tras día, en un palabra, el odio, el desamor, la avaricia, codicia y la deshumanización, siguen presentes en nuestras vidas.

 

Si bien es verdad que algunas personas se vuelven especialmente cariñosos en esta época, las familias aparcan de momento sus desencuentros, parece que nos esforzamos por llevarnos bien, por demostrar lo bueno que tenemos y que llevamos dentro, de nuestros buenos propósitos y sentimientos y que podemos ofrecer a nuestros amigos y al resto de nuestro prójimo todo ello.

 

Grandes comidas y cenas de familias, de amigos, de compañeros de trabajo y de empresas, haciendo la imagen de llevarse bien o por lo menos de procurarlo. Intentamos desde nuestras limitadas posibilidades, cambiar el mundo para hacerlo un sitio más justo, dónde reine la paz entre nosotros y todas esas cosas….Todo momentáneo y de cualquier manera, falso.

 

La realidad es otra bien distinta. En el mundo hay mucha necesidad e injusticia. Muchos millones de personas mueren de hambre y enfermedades. Hay muchos, muchos necesitados.

No es necesario irnos a buscarlos a países lejanos como por ejemplo en  Africa o en otros continentes, no. Los tenemos al lado nuestro, en nuestra ciudad, en nuestras calles, en nuestro mismo portal. Porqué ahora y más que nunca, nuestros hermanos de piso, de edificio, de calle, de barrio, de parroquia, etc….están necesitados, muy necesitados.

 

Ahora más que nunca, debemos dejar de lado esos suntuosos gastos llamados de Navidad y ofrecer cuanta ayuda podamos para cubrir las necesidades de nuestros hermanos en Cristo. Nos vendrá muy bien para nuestro propio bolsillo, para ayuda del prójimo, solidarizándonos con ellos y sobre todo para nuestra conciencia, pues estaremos volviendo a la NAVIDAD que Dios espera de todos nosotros. Ojala fuera así y que todos los días fueran Navidad, pero Navidad de la buena.

 

Hemos perdido el sentido de esa verdadera Navidad y no precisamente por habernos hecho mayores en lo referente a la edad, no. Nos falta cada vez más ese llamado «espíritu de la Navidad», del que tanto se habla y tan poco se nota.

 

Vamos, que más bien parece una gran fiesta pagana en la que creyentes y no creyentes, vemos la oportunidad de unos días de fiesta laboral, de gastar grandes cantidades de dinero sin sentido, solo por gastar. Loterías, regalos, grandes comilonas, fiestas y viajes, vacaciones, etc. y eso en tiempos de crisis. ¿Crisis?.  Si, todavía de crisis económica pero sobre todo de crisis de valores.

 

Causa estremecimiento ver los contenidos en los elementos publicitados durante semanas (hace ya más de dos ó tres semanas que han comenzado), para el logro de beneficios económicos enormes, con campañas comerciales ambiciosas, que nada tiene que ver con el Espíritu del Mesías, ni con el Reino de Dios, ni con la sana doctrina de nuestro Salvador, ni con la de sus apóstoles.

 

Los alumbrados y adornos de las ciudades, cada vez con menos motivos alegóricos a la verdadera Navidad y al nacimiento de Jesús. Fijaros en dicha iluminación en vuestra ciudad…..

Adornos navidad

Y en cambio, ahí tenemos a “Santa Claus” o “papa Noel”, que más bien es un personaje creado para un anuncio de bebidas de cola famosa, todo vestido ahora de rojo y antes de verde, que dicen viene de algún lugar helado en el norte de Europa, del cual curiosamente nunca salió ningún profeta o por lo menos son desconocidos en las escrituras, y donde se supone que vive, tiene una gran fábrica de juguetes, en su mayoría, lujuriosos, carnales, monopolizadores, de artes marciales, subliminales, de muerte y de guerra, etc.

 

No es muy extraño que en una fiesta como ahora, esta falsa navidad, en el “cristianismo actual y tradicional” la hayamos convertido en costumbres idolátricas, que generan unos beneficios económicos al comercio y vendedores y nos hacen hacer grandes gastos para contribuir a esta gran bola inhumana, dejándonos llevar en estas fechas por todos los anuncios de navidad, por los comentarios y ensalzamiento de la sociedad de consumo por prensa, por radio y por T.V.

 

Numerosos creyentes y no creyentes, sabemos que aunque las fechas para el nacimiento de Jesús, no aparecen en las escrituras bíblicas, también sabemos que los apóstoles y miembros de las primeras congregaciones, no celebraban el nacimiento del Mesías de ninguna manera, pues éste no es el “espíritu de la navidad” que Jesús buscó para su nacimiento y para su “familia cristiana”

1513774_726743330736829_5896573921241329972_n

Dios quiso humildad y sencillez, nos quiso hacer ver el contraste y la diferencia. Dios, todo poderoso, Rey y creador del universo, que pudiendo haber nacido en los mejores palacios, con las mejores vestimentas y joyas, con criados y criadas para atenderle, quiso que su primogénito, segunda persona de la Santísima Trinidad, naciera de una humilde mujer Nazarena, y como sirviente y padre terrenal, a un casto y buen hombre, como cuna de gran linaje, un pesebre y como pañales trapos rotos y raídos.

 

No olvidemos lo que el Mesías dijo a unos invitados, en una reunión a la que estaba asistiendo, aconsejándoles llamar a aquellos, que no tenían esas necesidades cubiertas, para el banquete y darles de comer, a los hambrientos materialmente y también predicándoles el Reino de Dios en estas ocasiones, que es lo que el Maestro hacía cuando le invitaban a alguna casa para comer, estando seguros que estaremos haciendo grandes tesoros en el Cielo

 

Del Evangelio de San Lucas 14:12-14 “Dijo también al que lo había convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te vuelvan a convidar, y seas recompensado. Cuando hagas banquete, llama a los pobre, a los mancos, a los cojos y a los ciegos; Y serás bienaventurado, porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justo.”

navidad2

Volvamos a esa NAVIDAD. Recordemos el nacimiento de Jesús, colocando en un rincón de nuestro hogar, el misterio. Tan solo hacen faltan las imágenes del niño Jesús, la Virgen María y San José; La Sagrada Familia.

 

Colguemos de nuestras ventanas y balcones, esas maravillosas telas y plásticos llamadas “balconadas o balconeras” con las imágenes del Niño Jesús, la Sagrada Familia o la “Estrella Anunciadora”.

 

Preparémonos en estos días de Adviento para recibirlo. Contribuyamos en aportar todo lo que buenamente podamos en ayudar a nuestro prójimo. ¿Por qué gastar en tanta comida si además nos perjudica seriamente la salud? Hagamos regalos, sí, pueden ser simples detalles, pero también lo hagamos con los más necesitados, con los más solitarios, haciéndoles llegar nuestro cariño y afectividad.

 

ESTO ES LA NAVIDAD.

Niño Jesús

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.