¡FELICES LOS SACERDOTES! DIA DEL SEMINARIO

Aunque en nuestra Diocesis, muchos de los actos se celebraron ayer domingo 18 de marzo, hoy lunes Festividad de San José, patrono e icono de la familia y tambien patrono de los sacerdotes, celebramos el DIA DEL SEMINARIO.

Ayer domingo, se celebró en el seminario las festividad y testimionios así como la Vigilia de Oración prsidida por nuestro Obispo D. Juan José Omella y a la finalización de todos los actos preparados, los asistentes a los mismos, fueron obsequiados con un ágape.

Quiero traer a este blog, el comentario que D. Victor a dejado en su sección de “PUEBLO DE DIOS”,  Iglesia y Misión.

Con gran sorpresa para aquellos que tienen una imagen distorsionada de la figura del sacerdote, y de su real servicio en medio de esta sociedad obsesionada por las profesiones rentables, la prestigiosa revista Forbes publicó un estudio el que se decía que la profesión de sacerdote era “la más feliz del mundo”. La noticia dio mucho que hablar, sobre todo porque muchos esperaban encontrar en el primer puesto de las profesiones más felices, a los ejecutivos, directivos o gente dedicada a negocios de alto rendimiento, pero no, estos eran considerados en la lista como lo más infelices.

Da la impresión de que muchas vidas de fachada cubierta de éxito social, encierran una insatisfacción personal muy grande y un larvado pesimismo; pero aun reconociéndolo hasta por estudios rigurosos como éste, siguen siendo un imán para muchos jóvenes que intentan alcanzar a un alto precio una efímera felicidad.

La felicidad de los sacerdotes reside precisamente en que no ejercemos una profesión rentable, es una vocación que responde a una llamada a entregar la vida para dar vida en abundancia, a tiempo y a destiempo, como hizo el mismo Señor.

El mensaje de los obispos con motivo del Día del Seminario señala algunas de las diferencias entre la profesión y la vocación, como que esta exige “una determinación espiritual” y no se basa tanto en gustos o cualidades; que tiene que ver con el interior de la persona y no es una mera actividad externa; que es un servicio gratuito frente a la remuneración de cualquier trabajo; que permanece en el tiempo y exige no sólo dedicación sino “exclusividad y entrega absoluta”.

También apuntan los obispos en su escrito, que más allá de la cuestión de la felicidad que da entregar la vida, los sacerdotes viven la vocación con una “pasión que desinstala de la realidad habitual, para hacer entrar a quien la posee en una dimensión distinta, en otro orden de realidad”, por eso es difícil comprender la vida de un sacerdote, más hoy en día, ya que se basa en un modo de vivir “no razonable” que cuestiona la prudencia de la razón, nadando muchas veces contracorriente de lo “políticamente correcto”. Concluyen afirmado que esta es la condición indispensable de todo “enamoramiento vocacional”.

La crisis vocacional de nuestro tiempo tiene muchas lecturas: la baja natalidad, el materialismo y hedonismo ambiental, el miedo a tomar decisiones finales…, pero al hilo del lema del Día de Seminario podemos preguntarnos por otra posible causa: “la crisis de pasión”, o el débil entusiasmo con el que presentamos a los jóvenes la vocación sacerdotal, que siendo la primera en la lista de las “profesiones” más felices, parece que nos avergonzamos de presentarla como una de las “vidas más apasionantes”, por la alta dosis de sentido y plenitud que conlleva entregarse al servicio de los planes de Dios, en el que muchos encontrarán la salvación de sus propias vidas.

¡Felices los sacerdotes!, sea la bienaventuranza que resuene en esta jornada vocacional, que se escuche en los templos y en la calle, en los oídos de los niños y los jóvenes, en el corazón del mundo necesitado hoy más que nunca de hombres apasionados por hacer de esta tierra el nuevo Reino de Dios. Hoy nos acordaremos en oración de nuestros seminaristas y de aquellos que son llamados y no lo quieren saber, o tienen miedo a responder. También nosotros somos responsables de que la llamada no quede sin respuesta.

Víctor M. Jiménez López de Murillas
catequesis@iglesiaenlarioja.org

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