Festividad de Nuestra Señora del Carmen

virgen-del-carmenNuestra Señora del Monte Carmelo, referida comúnmente como Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, es una de las diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel, cuyo nombre viene de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como ‘jardín’.

Con esta advocación procedente del citado monte, nacieron las distintas órdenes carmelitas repartidas por todo el mundo, masculinas y femeninas, las cuales giran en torno a esta figura mariana. Igualmente, esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman Carmen, Carmela o Carmelo, celebrando su onomástica el día de la festividad de esta Virgen, el 16 de Julio de cada año.

En España la Virgen del Carmen, es patrona del mar y de la Armada Española. Es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación. Los pescadores la nombraron su fiel protectora y  además  la Marina Española le ha concedido el título de Patrona. Por esta razón, la Virgen del Carmen es conocida como Stella Maris «la estrella de los mares».

El primer convento carmelita de la Península Ibérica aparecería en Perpiñan (Francia), entonces ciudad de la Corona de Aragón, estableciéndose su fecha fundacional entre 1265 y 1269. Su propagación fue rápida por toda la península Ibérica, llegando a la ciudad de Sevilla en1358, ciudad desde la que se impulsará la creación de la destacada Provincia Bética Carmelitana, en 1499. En esta época empezarán a surgir las primeras comunidades femeninas de religiosas carmelitas en todo el territorio. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, también durante el siglo XVI, introdujeron profundas reformas en el seno de la Orden dando origen a los «Carmelitas Descalzos», una nueva congregación más austera que se separa de la orden matriz, la cual pasó a llamarse «Carmelitas Calzados» o de la «Antigua Observancia». A pesar de esta división, continuaron en siglos sucesivos su camino espiritual por todo el mundo.

Prácticamente todos los pueblos y ciudades de la costa española rinden culto religioso a la Virgen del Carmen, organizándose procesiones y vistosas romerías marítimas portando su imagen cada 16 de Julio: destacan las celebraciones de Santander, Santurce, Águilas, Algeciras, Barbate, Cádiz, Camariñas, Cee, Chiclana de la Frontera, Corcubión, El Perelló, Puerto de Santa María, Estepona y muchos otros lugares desde el norte hasta el sur y de oeste a este.

Pero es quizá más significativo, por antiguo y secular, el enraizamiento de la advocación en determinadas localidades del interior no vinculadas con el mar, pero consagradas históricamente a la Virgen del Carmen: Asturianos, Baeza, Cox, Durcal Guadix, Jerez de la frontera entre otras. Incluso en la Semana Santa de Sevilla, procesiona la Hermandad del Carmen Doloroso en el Miércoles Santo

En La Rioja también hay mucha devoción a esta advocación Mariana y en muchas de sus localidades se celebra dicha festividad con procesiones de sus respectivas imágenes.

El pueblo fiel de Logroño, participaba años atrás en la festividad de la Virgen del Carmen con misa y magnífica procesión, estando todavía muy presente en la retina de muchos Logroñeses. Para nuestro pesar, aquellas procesiones multitudinarias por los alrededores de la parroquia carmelita, con rezos y cánticos en honor a la Virgen, forman ya parte de la historia y del recuerdo. Hemos estado buscando y solicitando alguna fotografía de dichas procesiones para ilustrar estos apuntes y ha sido imposible encontrar alguna de aquellas instantáneas.

Los Carmelitas en Logroño

La presencia de los Carmelitas en nuestra ciudad data de 1628, pero como veremos a continuación es casi una fundación itinerante por sus muchos traslados dentro del casco urbano hasta lograr el emplazamiento actual.

Se fundó en la calle Ruavieja, en el portal de la casa de María de Larreategui, desde la madrugada del 19 de septiembre hasta el 26 de octubre del año 1628. Durante un mes largo.

Tras ese breve periodo se paso a la calle de la Herbentia (hoy, Portales) en la casa de doña Daría Antonia Moreno, durante cuatro meses aproximados, desde el 26 de octubre de 1628 hasta febrero de 1629.

Por razones varias se da un nuevo traslado a la calle y casa de las Cadenas, propiedad de doña María Fernández, durante ochos años aproximadamente, desde febrero de 1629 hasta 1637.

Después de vivir esos nueve años de prestado se piensa levantar un convento nuevo junto a la puerta Vieja, en una heredad de Juan Fernández; se pone la primera piedra y una cruz en 1630 y se inician las obras. El prior fray José de Jesús, natural de Cabrejas (Soria) manda parar las obras en 1632 por no ser lugar oportuno.

Se busca un nuevo emplazamiento, esta vez junto a la puerta Nueva, inmediata a los extramuros de la Ciudad, hoy Muro del Carmen, en un lugar privilegiado donde hoy está situado el Instituto de Bachillerato Sagasta, en la glorieta del «Doctor Zubía». Tracista de la obra fue el carmelita Hno. fray Nicolás de la Purificación. Los constructores: Francisco Palacios Montañes y Juan de Gorizabal Vizcaíno. Se colocó la primera piedra el 5 de mayo de 1634 y se termina tres años más tarde en 1637.  Y en este convento, estuvieron los Carmelitas de forma ininterrumpida por espacio de 173 años, hasta 1810.

Vueltos de la exclaustración, residen los Carmelitas en la calle de San Agustín, en el edificio que ahora aloja al Museo de la Rioja, y cuya casa fue arrendada por 250 ducados al año a doña Anacleta de Santa Cruz Uribe, madre de doña Jacinta Martínez de Sicilia y Santa Cruz, esposa del general Espartero. Su antiguo convento del Muro del Carmen lo encontraron totalmente arrasado y destruido. En esta edificación permanecerán unos cuatro años, de 1814 a 1818.

Tras la construcción total del convento se vuelve por segunda vez junto al Muro del Carmen, en el solar del anterior. Actuó como tracistas, el Hno. fray José de Santa Teresa y el arquitecto don Mateo Garay. El constructor principal fue, el maestro Manuel Zelaya. Transcurrieron en este edificio por espacio de aproximadamente 17 años, desde 1818 hasta la desamortización de 1835.

Tras casi un siglo de ausencia de Logroño, vuelven los Carmelitas a nuestra ciudad en 1917 y se instalan como capellanes de las Madres Carmelitas, venidas a Logroño en 1657. El convento de las Carmelitas estaba entonces, 1917, en lo que se llamaba la Vuelta del Peine, al otro lado del ferrocarril y de la Pasarela. Aquí permanecen los Carmelitas durante 25 años, desde 1917 hasta 1942. En ese año se trasladan a una residencia de la calle Vara de Rey durante 5 años, desde 1942 hasta 1947.

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En 1947 la iglesia se constituye en Parroquia del Carmen, obra del arquitecto don Agapito del Valle, neogótica, en las calles Vara de Rey y Doctores Castroviejo, en un enclave privilegiado de Logroño, desde el 20 de febrero de 1947 hasta 1973, durante 26 años.

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Una nueva ubicación comienza a prepararse. La comunidad se traslada a una Residencia próxima, mientras las obras de la nueva Iglesia se realizan. Se celebraba el culto todavía en la parroquia antigua durante los tres años, de 1973 a 1976.Y por fin, se asienta la comunidad con Parroquia nueva y Residencia nueva desde el 2 de febrero de 1977, hasta nuestros días.

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El funcionamiento actual de la casa es una parroquia con las diversas actividades inherentes a ella, y a las que está totalmente dedicada la comunidad: Culto y atención a las confesiones; preparación de padres para la recepción de los Sacramentos de sus hijos: Bautismo, Penitencia, Eucaristía y Confirmación. Catequesis continuada de infancia, adolescencia y juventud. Cursillos de preparación al matrimonio con novios. Grupo de Oración. Caritas y Conferencias de San Vicente de Paúl. Carmelo Seglar y Cofradía del Carmen. Vida Ascendente. Grupo Bíblico. Comunidades Neocatecumenales. Pastoral de la Salud. Grupo de Liturgia.

¿Cómo se originó el escapulario?

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La palabra escapulario viene del latín «scapulae» que significa «hombros». Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros.  Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.

(Fotografias: Diario La Rioja, Blog Mi Logroño de cristal y Carmelitas.EU)

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