Jornada Mundial de la Infancia Misionera

La Infancia Misionera es una institución de la Iglesia universal para promover la ayuda recíproca entre los niños del mundo. Miles de niños de los cinco continentes participan en esta Obra Pontificia, cuyo lema es «Los niños ayudan a los niños».
La Delegación de Misiones de La Rioja distribuye un boletín en formato digital – B.I.M. – que llega a todos los colegios, institutos y parroquias, con información de las actividades que hay a lo largo del curso escolar para los niños y las familias misioneras.

Nació hace 170 años, en 1843, por iniciativa del obispo francés Forbin-Janson, que invitó a los niños de su diócesis a colaborar con los niños de China.  Pasaron 80 años hasta que la Sociedad de Naciones aprobara la primera Declaración de los Derechos del Niño, conocida como la Declaración de Ginebra. Hubo que esperar cien años desde la creación de esta obra para que naciese el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).  La Reina Isabel II la inició en España en 1852. Su hija mayor, la Infanta Isabel, fue la primera niña española de Infancia Misionera.

Los primeros colaboradores de Infancia Misionera son los niños, que rezan por los otros niños de los territorios de misión y les entregan generosamente sus donativos. A través de ellos lo hacen también sus padres y familiares, sus educadores y tutores, y quienes se sienten solidarios con los más pequeños.  En La Rioja colaboramos en el último año con 79.022,24 euros en la Obra de Infancia Misionera.

En España la Jornada de Infancia Misionera se celebra el cuarto domingo de enero. La preparación de esta Jornada comienza con el Adviento Misionero y la presencia de los niños como Sembradores de Estrellas antes de Navidad, y se prolonga a lo largo del curso a través de Marchas, Festivales y Encuentros.

 

La Infancia Misionera, niños «testigos de la ternura de Dios»,  según el Papa Benedicto XVI

Benedicto XVIEsta obra de la Santa Sede apoya 4.000 proyectos a favor de pequeños en el mundo. En la celebración de la Jornada Mundial de la Infancia Misionera, el Papa Benedicto XVI explicó que los niños también pueden ser misioneros y «testigos de la ternura de Dios». Esta fiesta que se celebra a nivel mundial, aclaró, «es la fiesta de los niños cristianos que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo».

«Doy las gracias a los niños de la “Santa Infancia”, presente en 110 países, pues son preciosos cooperadores del Evangelio y apóstoles de la solidaridad cristiana a favor de los más necesitados», dijo, dirigiéndose a los miles de niños y a sus animadores misioneros.

El obispo de Roma alentó «a los educadores a cultivar en los pequeños el espíritu misionero para que surjan ente ellos misioneros apasionados, testigos de la ternura de Dios, y anunciadores de su amor».

La Infancia Misionera es una obra de la Santa Sede creada en el seno de las Obras Misionales Pontificias con el fin de suscitar en los niños el deseo de ser misioneros y ayudar a otros niños con la oración y la colaboración económica.

Asimismo esta obra, surgida en 1843, ayuda también a los educadores –padres, catequistas y profesores– a desarrollar en la educación de los más pequeños la dimensión misionera universal.

En particular, los niños ofrecen ofertas de sus ahorros que la Infancia Misionera destina a apoyar anualmente unos 4.000 proyectos a favor de los niños más necesitados del mundo.

 

Día de la Infancia Misionera en nuestra Diócesis.

D. Juan José Omella Omella, Obispo de Calahorra, La Calzada-Logroño

El obispo francés Carlos Augusto Forbin-Janson, en el siglo XIX, llevaba muy dentro de su corazón la invitación de Jesús: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a todos los hombres’. Urgido por la necesidad de evangelizar el continente Asiático, propuso a los niños y jóvenes un reto apasionante: «Podáis ayudarme a salvar a los niños de China. Vosotros y yo, siendo niños como ellos, podemos lograr este objetivo». «¿Cómo podemos hacerlo?», le preguntaron. «Rezando un avemaría cada noche y ofreciendo por ellos una limosna». Así de sencillo. De este modo, con el lema «Los niños ayudan a los niños», comenzó la singladura de lo que, en sus primeros tiempos, se llamaría la Santa Infancia. Más tarde, el Papa Pío XI la asumiría como Obra Pontificia (3 de mayo de 1922). De esta forma tan fácil, los niños se convierten en «pequeños misioneros», como le gustaba decir al beato Juan Pablo II. Ellos son los protagonistas, no por concesión de los mayores, sino por ellos mismos.

Y este año 2013 el lema de la Infancia Misionera es el siguiente: «Con los niños de Europa acogemos a todos como Jesús». Si, muchos niños en el mundo entero, incluso en España, no están bautizados y no han oído hablar de Jesús, el Hijo de Dios, el amigo de todos los niños, de todos los hombres y mujeres que poblamos el mundo. Ellos tienen también derecho a conocer a Jesús y su Mensaje. Jesucristo quiere vivir la aventura de amor con todos ellos. ¡Qué hermoso es escuchar en el Evangelio lo que decía Jesús: «Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de ellos es el reino de los cielos'».

Me parece hermoso e impresionante que los niños se sientan misioneros, es decir que se comprometan a dar testimonio de su fe a otros niños y a rezar cada día para que otros conozcan a Jesús. Queridos niños de La Rioja: hagamos una gran cadena de oración por los niños de nuestra Región, de España y del mundo que no conocen a Jesús. Oremos por ellos, ofrezcamos algún sacrificio por ellos. Jesús dice en el Evangelio: «Lo que pidáis al Padre en mi nombre yo os lo concederé’.

Y permitidme una pregunta: ¿Hablas tú de Jesús a tus amigos y compañeros o te da reparo hacerlo? Los misioneros no tienen miedo de hacerlo. No imponen creer en Jesús, pero sí que tratan de darlo a conocer sin ningún rubor, incluso aunque eso pudiese llevarles a la cárcel o al martirio.

Tú, querido niño o joven que lees este escrito, no puedes guardar para ti el precioso regalo de ser amigo de Jesús. Otros deben conocer ese regalo y debes ser portador para ellos de tal tesoro a través de tus palabras, pero sobre todo de tus buenas obras. Así lo hizo un muchacho romano llamado Tarsicio, ¿conocéis su vida?

Un día se ofreció a llevar la Eucaristía a los presos y enfermos. Podían haberlo hecho otros monaguillos, pero él se adelantó con generosidad: había recibido un don y quería compartirlo. Unos soldados le detuvieron cuando llevaba la comunión a los cristianos enfermos y a los que estaban en la cárcel. Portaba el tesoro del Cuerpo de Cristo bien pegado a su corazón, iba por la calles de Roma con mucho recogimiento, pero con gran alegría, porque transportaba a Cristo en una cajita escondida en sus pequeñas manos. No le importó que le mataran con tal de guardar ese tesoro y no permitir que cayera en manos de gente extraña. Tarsicio fue valiente y murió mártir.¿No te gustaría llevar a otros niños el tesoro de Cristo? ¿No te gustaría ser misionero para hablar de Jesús, de sus enseñanzas y de su amor?

La Rioja ha sido tierra de grandes misioneros, entre ellos un santo: Jerónimo Hermosilla. ¿Por qué no puedes serio también tú?

Que santa María, Madre de Dios y madre nuestra, que no retuvo para sí a Cristo, su Hijo, nos enseñe a entregarlo, a llevarlo a los hombres de nuestro mundo, a hablar de Él a los niños de La Rioja y del mundo entero, con el mismo fervor y entusiasmo con que lo hicieron y lo hacen los apóstoles, los misioneros, las-catequistas de todo el mundo. Que ella nos proteja a todos.

 

Carta de Jesús María Peña Peñacoba, Delegado Diocesano de Misiones, a parroquias, colegios y comunidades.

Jesús María Peña PeñacobaLa Infancia Misionera celebra este año su 170 aniversario. Lo que nació con sencillez en 1843, para ayudar a los niños de China según una genial intuición del obispo francés Forbin-Janson, se ha convertido en una universal red de solidaridad en la que los niños ayudan a los niños.

El 27 de enero celebramos la Jornada con un lema que puede parecer extraño a quien no haya seguido el itinerario iniciado en 2009, cuando se nos proponía buscar a Jesús con los niños de Asia. En 2010, con los de África lo encontramos y al año siguiente decidimos seguir sus pasos junto a los niños de Oceanía. Tener un amigo como Jesús y no hablar de él sería impedir a otros conocerlo, así que en 2012 junto a los niños de América hablamos de nuestro común amigo.

De esta manera hemos ido conociendo la realidad que viven los niños del mundo. Este año 2013 Infancia Misionera fija su atención en la realidad de los niños de Europa. Su situación es compleja. Ya no es como en 1947 que se describía su situación como “desnutridos, enfermos, medio desnudos, sin hogar y muertos de hambre tras cinco años de guerra y ocupación”; ahora los problemas son propios de las sociedades desarrolladas, como la violencia contra los niños, los abusos sexuales y el mal uso de los medios de comunicación social. Por no citar nada más que un dato, UNICEF estima que cada año mueren en Europa en torno a 3.500 niños de entre 0 y 14 años a causa de la violencia. Estremecedor. Pues bien, junto con los niños de Europa – nos dice el lema de este año – acogemos a todos como lo hacía Jesús.

Ojalá que en todas las parroquias de La Rioja las colectas sean generosas el domingo 27 de enero, y que en los colegios se trabajen las guías didácticas preparadas para la ocasión. Además espero que las comunidades de vida consagrada, los grupos cristianos y cada uno de nosotros reaccionemos ante los problemas de la infancia y busquemos caminos de solución. Esta red solidaria nos invita a unirnos a los niños y niñas del mundo colaborando en los proyectos cuyo objetivo prioritario es la mejora de sus condiciones de vida y el respeto a su dignidad.

Para colaborar con la Infancia Misionera, se puede ingresar el donativo en:

CAJARIOJA 2037. 0070. 70. 0921315263

IBERCAJA 2085. 5652. 81. 0110334414

BBVA 0182. 3500. 23. 0010666540

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