No es imposible vivir la castidad. Lo repito para quien necesite volver a leerlo antes de detenerse y pensar: ¡no es imposible vivir en castidad y ser feliz! Esta virtud no es un logro ascético al alcance exclusivo de unos pocos y, desde luego, no es la cruz en la moneda de la vida religiosa o sacerdotal católicas. Dios la incluye en dos de los diez mandamientos y, por eso, su cumplimiento es una obligación al alcance de todos los hombres (derecho natural). Si cualquier persona de buen corazón entiende, sin ser erudito, que debe contenerse para evitar matar, robar…
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