Victoria, Tú reinarás…

«Mirad el árbol de la Cruz».

A lo largo de la historia, la Iglesia ha celebrado tres fiestas relacionadas con la Santa Cruz: La llamada Invención de la Santa Cruz (día 3 de mayo), el Triunfo de la Santa Cruz (16 de julio) y la Exaltación de la Santa Cruz (día 14 de septiembre).

En el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, únicamente ha prevalecido la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que tiene lugar el catorce de septiembre.

Pero vamos a dar unos pequeños detalles en la historia de cada una de estas festividades.

“LA INVENCION DE LA SANTA CRUZ”   (3 de mayo)

El Emperador Constantino trajo la paz y la libertad a la Iglesia, después de las crueles persecuciones del Imperio Romano. Vio en el cielo la Cruz de Cristo (“en este signo vencerás”).

Sin llegar a bautizarse, favoreció generosamente a la Iglesia. Emprendió la reconstrucción de Jerusalén, donde edificó varías basílicas. Su madre, Santa Elena, no descansó hasta que, el día tres de mayo del año 326, encontró la Cruz en que murió el Señor, en uno de los huecos del sepulcro.

Santa Elena repartió la Cruz entre las iglesias de Roma, Constantinopla y Jerusalén, donde quedó la parte principal.

Así se instituyó la fiesta de “la Invención de la Santa Cruz”, el día tres de mayo.

La Cruz de Mayo fue muy celebrada y cantada en España. Esta fiesta todavía aparece en el misal reformado de San Pío V, realizado por mandato del Papa San Pío X en 1911.

El mencionado misal de San Pío V daba a la Cruz de Mayo la categoría litúrgica de “Duplex II classis”. Las sucesivas reformas litúrgicas suprimieron esta fiesta de la Invención de la Santa Cruz.

“EL TRIUNFO DE LA SANTA CRUZ”  (16 de julio)

En esta fecha se instituyó la muy toledana fiesta del “Triunfo de la Santa Cruz”. Como consecuencia de la victoria cristiana sobre los musulmanes, en la batalla de las Navas de Tolosa, el 16 de julio de 1212. Así la mantuvieron los diversos sínodos diocesanos durante varios siglos. Incluso se mantuvo como fiesta de guardar en el sínodo del Cardenal Tavera (año 1536), que redujo el número de las fiestas de precepto.

El Papa Gregorio XIII, por bula de 30 de diciembre de 1573, mandó que la fiesta del Triunfo de la Santa Cruz se celebrara en todos los Reinos de España y en el Nuevo Mundo.

Esta fiesta de ámbito muy local tuvo que competir con la fiesta de la Virgen del Carmen, que, desde fines del siglo XV, se celebró el mismo día dieciséis de julio. En el año 1726, el Papa Benedicto XIII extendió a la Iglesia universal la fiesta de la Virgen del Carmen.

El Triunfo de la Santa Cruz, corriendo los años, quedó muy reducida en ámbitos totalmente locales.

“LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ”  (14 de Septiembre)

De las tres fiestas de la Santa Cruz, sólo ha prevalecido esta última “La Exaltación de la Santa Cruz”. En ella se conmemora cómo el Emperador Heraclio I (610-641), el día catorce de septiembre del año 629, colocó de nuevo la Cruz en el Calvario, que había sido arrebatada en el año 628 por Cosrroes, Rey de Persia.

Cosrroes II (591-628) persiguió a los cristianos, a los que llegó casi a exterminar en Persia. Tomó Jerusalén y se llevó la Cruz de Cristo, depositada en esta ciudad Santa por Santa Elena.

Desde entonces comenzó a celebrarse la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz el catorce de septiembre. Se mantuvo a lo largo de la Edad Media como consecuencia de votos populares por las poblaciones de la Cristiandad. Muchos sínodos diocesanos declararon, como fiesta de guardar, la Exaltación de la Santa cruz.

La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz del catorce de septiembre oficialmente aparece en el misal romano, que el Papa Pío V mandó publicar en 1570, recogiendo así lo dispuesto en el Concilio de Trento. A esta fiesta de le concedía, en el mencionado misal, la categoría de “Duplex Majus”.Litúrgicamente era Fiesta Doble Mayor.

En la actualidad las celebraciones litúrgicas pueden ser solemnidades, fiestas y memorias. La Exaltación de la Santa Cruz pertenece a la segunda categoría: Fiesta que se celebra dentro de los límites del día natural, sin primeras vísperas.

Historia de la festividad.

La fecha elegida  para esta celebración tal y como ya hemos dicho, es el 14 de Septiembre, ya que ese día es el aniversario de la consagración de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén en el año 335. También se dice que se conmemora, por la recuperación de la Cruz en ese día por Heraclio en el año 628 de manos de los persas, que la tenían en su poder desde el año 614.

Santa Elena

Pero realmente lo que conmemoramos este día es el recuerdo del hallazgo de la Santa Cruz por parte de Santa Elena, madre de Constantino. Más tarde, Cosroes rey de Persia se llevó la Cruz a su país y  Heraclio la devolvió a Jerusalén.

Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla, encontró la Vera Cruz, la Cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo. La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.

Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz, llevándola de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fue llevada en persona por el propio emperador a través de la ciudad.

Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero, el emperador quiso cargar la Cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad, pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedó paralizado. El patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo cuando iba cargando la Cruz por las calles de Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial, y con simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido por todo el pueblo hasta dejar la Cruz en el sitio donde antes era venerada. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz, verdadera Cruz de Cristo.

La Santa Cruz, fue partida en varios pedazos para evitar nuevos robos. Uno fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, un tercero se dejó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén. Otro se partió en pequeñísimas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero, que se llamaron “Veracruz” (Verdadera Cruz).

 

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