Viernes de Cuaresma

Hoy, primer viernes de Cuaresma, se inicia y se continua con la tradicional peregrinación a la Ermita del Cristo del Humilladero.

Esta Ermita del Cristo del Humilladero, está situada a unos 2,5 km del centro urbano ha sido siempre centro importante de devoción de los logroñeses, especialmente durante la Cuaresma y sobre todo los viernes de la misma. A este lugar de culto, afluye gran contingente de personas que peregrinan en un continuo ir y venir para hacer sus rezos ante la imagen de su Cristo Nazareno, y especialmente en la devoción del Vía Crucis.

ErmitaCristoHumilladero

Se sabe por documentos indirectos que en el siglo XVII ya existía esta ermita. Es un edificio de una nave de pequeñas dimensiones de ladrillo  y de escaso valor artístico pero de un gran tesoro espiritual.

La imagen del Cristo titular, o sea de Jesús Nazareno, es de las llamadas «de vestir». Tiene una túnica de terciopelo morado con dibujos de hilo de oro. Lleva una cruz arbórea la cual carga sobre su hombro derecho teniendo su mano izquierda abrazada a su travesaño.

El Inventario Artístico de la Provincia de Logroño dice de ella: «Imagen de tamaño natural, de vestir, rococó, de la segunda mitad del siglo XVIII». Y ésta es la imagen que, allá por finales del siglo XIX, dio origen a la fundación de la Cofradía de Jesús Nazareno, la cual, al depender la ermita de la iglesia de Santiago el Real, la fundación de la citada cofradía se hace también en dicha iglesia.

Su culto dependió de la parroquia de Santiago el Real hasta mediados del siglo XX en que pasó a la parroquia de Nuestra Señora de Valvanera como parroquia más cercana, pero con el tiempo ha ido cambiando. Estuvo también adscrita a la parroquia de San Francisco Javier y en la actualidad, a la parroquia de San Ezequiel Moreno.

Como una muestra de la devoción de los logroñeses hacia éste Cristo del Humilladero, está ésta poesía de entre las muchas que se le han hecho, firmada por D. Salvador Aragón en el año 1925.

Arrepentido viajero
vuelvo nuevamente aquí
para postrarme ante ti
Cristo del Humilladero.

Te confieso que pequé
y falté a tus mandamientos
pero jamás te olvidé
ni en mis peores momentos.

Hoy, a éste santo lugar
vuelvo a pedirte clemencia
para nunca más pecar
y cumplir la penitencia.

Y si logró una mujer
en un tiempo pecadora
tu gracia consoladora,
yo la quiero merecer.

Y así, rendido de hinojos
y con amor verdadero
vea el perdón en tus ojos
Cristo del Humilladero.

 CristoHumilladero
 Información extraida del libro: «Historia de la Semana Santa de Logroño», de Eugenio Ugarte.

 

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