Al pie de la Cruz, estaba su Madre

Salida procesional del Santo Rosario.

Rosario del Dolor

Organizado por la Cofradía de la Santa Cruz de los H.H. Maristas, saldrá la procesión del Santo Rosario del Dolor  a las 20.30 horas y con los pasos Stabatt Matter y Ntra. Sra. del Rosario, desde la Plaza de San Agustín de Logroño y con el siguiente recorrido: Calle Portales, Plaza del Mercado, de nuevo Portales, Sagasta, Marques de San Nicolás (Mayor), La Merced para regresar de nuevo a la Plaza de San Agustín.

Stabat Mater 2

 

ESTABA LA MADRE DE JESÚS (STABAT MATER)

María, la madre de Jesús, se encontraba también en Jerusalén cuando recibió la noticia de la detención de su hijo.

Lo ve y llora, porque está lleno de golpes, de bofetadas, de escupiduras y coronado de espinas. Viendo así a su amado Hijo, María se desvanece.

Virgen del Dolor

La acompañan otras mujeres, entre ellas María Magdalena. Siguen el camino que ha emprendido Jesús cargado con la cruz.

Cuando Jesús es clavado y María lo ve, no hablan, pero no dejan de mirarse. La crucifixión se describe y se acentúa con toda su crueldad y los tormentos impuestos a Jesús. Le sale sangre de las 4 heridas, de pies y manos. La belleza huye de su rostro.

El rostro lo tiene lívido por los azotes recibidos. En María cabe el deseo de morir con Él. Pide a los judíos que la crucifiquen con Jesús, invoca a la muerte con palabras de dolor y desesperación, pero la muerte huye de quien la busca. Jesús es para ella padre, hijo, esposo, y no quiere quedar sola; no tendrá quien la aconseje.

Finalmente, seguramente le dice a Jesús que, si no puede ser que muera con él, que le deje a alguien. El tono triste y desesperado de María, que ha perdido las fuerzas, que desea morir junto a él, que llora continuamente, acongojada por la visión de Jesús, es el mismo que la de cualquier madre que ve morir a su hijo de esta manera tan brutal.

El versículo del evangelio de Juan, en el que Jesús le encomienda a su madre, es una de las pocas referencias evangélicas a María en la Pasión de Jesús, Dice Jesús desde la Cruz, (1136-1137): “Mulier, ecce fílius tuus”, añade que no ha de llorar, que él ha de beber el cáliz y ha de salvar a la humanidad; y que no la deja sola, porque estará con ella por todos los siglos. Entretanto le dice a Juan que la cuide.

El tono empleado por Jesús es más calmado, es como un sermón en el que adoctrina sin que su dolor se refleje en notas de dramatismo o de desesperación.

Stabat Mater 3

Jesús dice a María: “Madre, ahí tienes a tu hijo”. En una especie de testamento: encomienda a su Madre al cuidado del hijo, del discípulo. Pero también dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”.

El grupo de los doce se había reducido a medida que Jesús subía a Jerusalén y marchaba resueltamente a la cruz. Algunos lo abandonaron; otros titubearon, vacilaron, hasta que huyeron. Y queda apenas un pequeño grupo hasta ese momento supremo, un grupo minúsculo, que a veces también es imagen de la Iglesia unida a la oración de María y de Jesús; la Iglesia que se convierte en esposa y madre, en un misterio de dolor y también de gloria. Allí aparece esta escena que no sólo nos conmueve en el sentimiento sino también nos mueve en la fe porque se está realizando la obra suprema y allí nos es dada María como Madre. Entonces nosotros, como hijos, debemos asumir esta primera actitud de la Virgen, de pie frente a la cruz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.