Veneración al Cristo del Santo Sepulcro

«Fue crucificado, muerto y sepultado…». El cuerpo sin vida de Cristo fue depositado en el sepulcro. La piedra sepulcral, sin embargo, no es el sello definitivo de su obra. La última palabra no pertenece a la falsedad, al odio y al atropello. La última palabra será pronunciada por el Amor, que es más fuerte que la muerte.

 

Del libro de D. Eugenio Ugarte ALONSO, HISTORIA DE LA SEMANA SANTA DE LOGROÑO, DONDE resalta Este mismo acto pero de hace ahora 49 años, detallado por el autor de la obra.

El Miércoles Santo 29 de Marzo de 1972 se realizó a mediodía en la catedral de la Redonda por parte de la Cofradía del Santo Sepulcro una antigua costumbre que se ha convertido en tradición. Al dar la última campanada de las doce, el Mayordomo primero de la cofradía, ese año D. Rafael Rodríguez Ascacíbar, procedió a abrir la urna del Santo Sepulcro, extrayendo de la misma ayudado por sus cofrades, la imagen de Cristo yacente.

Santo Sepulcro Logroño 1
Santo Sepulcro Logroño 1

Depositándolo en el suelo, sobre los almohadones de terciopelo negros preparados al efecto. Las «Camareras del Sepulcro» proceden a su limpieza y aderezo con aceites perfumados y agua de rosas con un primor exquisito y una delicadeza amorosa, como cuando a Cristo las Santas Mujeres le ungieron y embalsamaron. Mientras tanto, el resto de sus cofrades proceden a la limpieza de la urna sepulcral con la misma fe y devoción.

Y en los momentos que la imagen de Cristo muerto esta fuera de la urna, son cientos los devotos que acuden a pasar por ésta imagen, pañuelos, medallas, o algún objeto querido para conservarlo en su casa como una reliquia. Para ello, los cofrades ayudan a complacer a todos los devotos, dándolo después a besar en medio de un impresionante silencio de respeto y reverencia.

Santo Sepulcro Logroño 2
Santo Sepulcro Logroño 2

Después, la imagen vuelve a su urna, la cual ya no se volverá a abrir hasta el próximo Miércoles Santo. De ésta forma ceremonial y emotiva, queda ya preparado para montarlo en las andas y procesionario el día de Viernes Santo en la del Santo Entierro.

Esta ceremonia de limpieza del Santo Sepulcro y de la imagen del Jesús muerto, se ha convertido en una verdadera tradición para el pueblo de Logroño, que todos los Miércoles Santos, esperan con devoción la hora señalada para este acto.

Al término de ésta ceremonia, se procedió a efectuar la bendición del guión que la cofradía iba a estrenar el día de Viernes Santo en la procesión, bendición que se hizo en presencia de todos los cofrades y devotos que se encontraban en la iglesia.

Si no hubiera de nuevo esta situación anómala, en la Capilla de los Ángeles recién terminada la reforma, o bien en la nave principal junto al Presbiterio, hubiéramos presenciado una nueva edición de la apertura, extracción, veneración y limpieza de la sagrada imagen del Santo Sepulcro, con la Cofradía del Santo Sepulcro, y anunciada con «algo así»;

Una vez más, hoy 31/03/2021, Miércoles Santo a las 12,00 en punto del mediodía, dentro de los actos de la Semana Santa de Logroño 2021, se habrá abierto la Urna Sepulcral por la Cofradía del Santo Sepulcro, en la Capilla de los Ángeles de nuestra Con-Catedral, para venerar al Santo Cristo, así como para la limpieza y preparación de la sagrada imagen para la procesión del Santo Entierro este próximo Viernes Santo.

 

SANTO SEPULCRO

Año tras año, centenares de logroñeses cumplen con esta tradición de la Limpieza y Veneración del Cristo del Santo Sepulcro


Centenares de logroñeses, entre ellos muchos niños pequeños acompañados por sus padres para instruirlos en esta devoción y tradición, acuden todos y cada uno de los Miércoles Santos hasta la Concatedral de Santa María de La Redonda de Logroño, para cumplir con la citada tradición de la Limpieza y Veneración del Cristo del Santo Sepulcro, que se lleva a cabo a partir del mediodía. El acto suele ser presidido por el Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Presidente del cabildo catedralicio y el Canónigo Prior de la Cofradía, y el Director del Secretariado para las Cofradías. Están también presentes el Hno. Mayor de la Hermandad de Cofradías y su Junta de Gobierno, así como el Hno. Mayor de la Cofradía del Santo Sepulcro acompañado de su Junta al completo y del resto de hermanos cofrades que no quieren perderse un acto tan emotivo como este.

Como autoridades civiles invitados, acuden todos los años (si las obligaciones lo permiten) el presidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja, el alcalde de Logroño, ambos acompañados por diversos cargos tanto del Ejecutivo riojano como del Consistorio logroñés.

Llegado el momento y cuando el reloj de la Capilla de los Ángeles marca la hora señalada, en medio de un total silencio emocionado a pesar de la abarrotada concurrencia, se da la orden de extraer la sagrada imagen de Cristo de la urna donde se guarda durante todo el año, ya que nada más sale de ella, para este acto tan arraigado en las costumbres de la Semana Santa Logroñesa.

Tras su extracción con todo cuidado, la talla del Cristo yacente es depositada en un pequeño altar sobre cojines negros bordados en dorado. Después de una breve alocución por parte del obispo o en su nombre el canónigo designado, es iniciado por orden el ‘besapiés’ de la talla. Primero las autoridades Eclesiásticas, autoridades civiles y acto seguido, se abren las puertas de la Capilla a los cientos de logroñeses que, desde mucho antes de que diera comienzo el acto, ya aguardaban su turno para pasar ante el Cristo, una talla donada en 1694 a la ciudad por el capitán Gabriel de Unsain, regidor perpetuo de Logroño, al entonces templo colegial de Santa María la Redonda. Desde ese momento, según marca la tradición, han comenzado a desfilar los ciudadanos quienes, además de besar o tocar la imagen, suelen pasar diversos objetos por el Cristo, como pañuelos, llaves y joyas, acercan a bebés de corta edad, etc.

Es uno de los actos más emblemáticos de la Semana Santa de Logroño, cuya tradición se mantiene desde 1959, «según la memoria viva del cofrade más antiguo de la cofradía», por el fervor que sienten los logroñeses por esta talla.

La imagen de Cristo muerto, es una de las buenas de su época. Fue perfecto su estudio anatómico, su libertad de formas y su gran elegancia, propia del arte barroco, así como por su perfecta y real policromía pudiendo haber salido de la escuela sevillana, quizás del taller de Pedro Roldan, aunque no hay constancia segura y documentada de su origen.

Con fecha 20 de Marzo de 1.694, el Capitán Don Gabriel de Unsain, ante el escribano Don Matías de Legaría, otorga la escritura de donación del Santo Sepulcro con la imagen de Cristo muerto y la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Junto a las imágenes también dona una urna sepulcral compuesta por una caja prismática, rectangular, de madera rica de ébano, chapeada de concha de carey de las tortugas del Pacífico, con molduras negras y aplicaciones de concha, flanqueadas en las aristas verticales con columnitas salomónicas de capitel corintio en plata y coronadas en pedestalitos para jarritas con flores, azucenas, de plata también. En estos remates, encaja la tapa de forma piramidal, y todo este conjunto está cerrado por una fina cristalería de cristal de roca. Lleva cuatro chapas de plata repujadas que tienen la siguiente leyenda cada una; Mirando la urna desde los pies de la imagen, frente a la izquierda «DIOLO Y DOTÓLO EL CAPITÁN DOM GABRIEL DE UNSAIN»; a los pies: «REGIDOR PERPETUO DE ESTA CIUDAD»; frente a la derecha “Y FAMILIAR DEL SANTO OFICIO DE LA INQUISICIÓN»; Y cabeza «AÑO DE 1.694».

Así mismo, dona también una hechura de la Santa Cruz para poner crucificado el cuerpo de Jesús; varias almohadas de terciopelo negro bordado con dibujos para poner el Sagrado Cuerpo dentro de la urna; unas andas de pino para llevar cada imagen en procesión; ocho muletas con sus hierros y encajes para llevar a hombros las andas con ocho almohadillas y un tablado para que se ejecute la función del descendimiento.

Por la misma escritura se hace entrega de quinientos ducados, de los cuales trescientos se impondrán en las mejores fincas para que con sus frutos o rentas se sufraguen los gastos de la Semana Santa. Los otros doscientos ducados se emplearán en fabricar o componer la capilla-nicho y altar en que se ha de colocar el Santo Sepulcro. Para su guardia y custodia se ha de poner una reja con una cerradura de dos llaves distintas, una de las cuales ha de tener el Cabildo y la otra, don Gabriel de Unsain o su hermano don Blas.

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